Texas, de los Mejores Sitios para Hacer un Road Trip

Continuamos nuestro road trip a través de Texas por San Antonio, una ciudad cosmopolita con una sensación manejable, es el lugar para asistir al San Antonio Stock Show & Rodeo, una institución tejana. También hay que ir al bonito paseo fluvial bordeado de cipreses, que serpentea hasta el Museo de Arte de San Antonio y, más allá, el Pearl, una cervecería reconvertida que ahora alberga algunos de los mejores restaurantes de la ciudad.

Otro de los sitios que hay que visitar está al norte, el Museo de Arte McNay alberga una excelente colección de pintura en una casa de estilo colonial español de 24 habitaciones. Y la historia colonial española cobra vida en las cinco misiones históricas de la ciudad.

La más grande, la Misión de San José, restaurada casi por completo a su diseño original, evoca la vida del siglo XVIII entre sus muros mucho mejor que su homóloga más famosa, el Álamo.

Por último, pero no por ello menos importante, seguimos nuestro road trip hasta Austin, con su ambiente más bullicioso y juvenil, está hecha para las noches en locales musicales emblemáticos como el Continental Club y en lugares con ambiente como el Driskill Bar.

Los días se pasan mejor en el Museo de Arte Blanton, el Capitolio del Estado y el jardín de esculturas Contemporary Austin, a orillas de la Laguna Gloria. Y cuando el día se convierte en crepúsculo, un crucero por la capital para ver los murciélagos en el lago Lady Bird es una auténtica delicia.

Cuando decimos que Texas, de los mejores sitios para hacer un road trip, no estamos de broma. Podrías pasar fácilmente una quincena en esas tres ciudades, pero al oeste de la ciudad, en el Texan Hill Country, la Lady Bird que da nombre al lago cobra vida (junto con su marido, el profesor de Texas convertido en presidente de los Estados Unidos Lyndon B Johnson) en el Parque Histórico Nacional Lyndon B Johnson.

Situado en medio de colinas rocosas cubiertas de viñas, yucas, cactus, enebros y robles vivos, se encuentra en el corazón de la floreciente escena vinícola de Texas, bien atendida por la pintoresca Fredericksburg, cuya larga calle principal está llena de atractivas tiendas, bodegas, heladerías y tiendas de botas de vaquero.

Es un buen lugar para invertir en un sombrero de vaquero si, como nosotros, te diriges a la tierra árida y los vastos cielos del oeste de Texas. El vacío de los 700 kilómetros que conducen al Parque Nacional de Big Bend tiene un atractivo seductor a medida que la carretera se desplaza hacia el oeste.

Y con el Wi-Fi y la cobertura de los móviles sustituidos por la naturaleza, uno siente literalmente que deja el mundo atrás al entrar en el corazón del mayor desierto de Norteamérica, el Chihuahuan.

Su escala es un imán para los artistas, y en los alrededores de la diminuta ciudad desértica de Marfa (1.900 habitantes), ambos confluyen en la Chinati Foundation, una fundación artística creada en una antigua base militar por el artista minimalista Donald Judd.

Incluso si no te gusta el arte, el lugar es inolvidable, con instalaciones de algunos de los principales artistas terrestres del mundo que interactúan magníficamente con el paisaje que los rodea.

Y de vuelta a la ciudad, los vínculos de Marfa con la emblemática película de James Dean de 1956, «Gigante», han dado lugar a un encantador centro de la ciudad repleto de enormes y coloridos murales que representan poses clásicas de Dean y escenas de la película. Pero el homenaje más duradero a la película es sin duda el paisaje, que también ha protagonizado «Pozos de ambición» y «No es país para viejos».

Todas se rodaron aquí y en los alrededores de los parques estatales y nacionales de Big Bend Ranch, donde se pueden explorar más de 2.700 kilómetros cuadrados a través de una combinación de carreteras, pistas de tierra y senderos. Ideal para nuestro road trip por el estado de Texas.

Entre ellos, la antigua ciudad minera de Terlingua actúa como un centro para todos los interesados.

Ciclistas, excursionistas y amantes de la naturaleza se reúnen para tomar cerveza y comer en una gran variedad de restaurantes y bares, que recomiendan rutas a través de los parques e incluso un salto a México, a sólo unos metros de distancia a través de la cinta verde de 190 kilómetros del Río Grande y al que se accede a través de un ferry de remos desde el Cañón de Boquillas del parque nacional.

Seguimos afirmando sin duda alguna que Texas, de los mejores sitios para hacer un road trip. Un poco más al norte, la pequeña ciudad de Alpine es una gran parada para pasar la noche. La música en el Railroad Blues, la historia en el atractivo Museo del Big Bend y las cervezas locales en el moderno saloon The Ritchey se combinan para generar el ambiente relajado de una pequeña ciudad típica del oeste de Texas.

Nos dirigimos al aeropuerto de El Paso a través de la instalación artística Prada Marfa, a lo largo de una polvorienta carretera en la que no se ve nada en ninguna dirección. Esta copia a escala de una tienda Prada parece resumir a la perfección la alteridad del oeste de Texas.

Nadie, ni siquiera la gente que se emociona con las inexplicables «Luces de Marfa» que se ven casi todas las noches en las afueras de la ciudad, cree que los extraterrestres estén vinculados a Texas, pero no se puede evitar la sensación de que si en algún lugar de Estados Unidos lo estuvieran, sería aquí.

• The East Austin Hotel. Elegante, sexy, juvenil y vibrante, como la propia Austin.
• Holland Hotel, Alpine. Los fans de la serie de televisión de los 60 «El gran Chaparral» se sentirán como en casa en este elegante hotel boutique de estilo colonial. Uno de los sitios mágicos de este lugar.
• Paisano, Marfa ¿Una fabulosa piscina y excelentes burritos de desayuno recién hechos? Ya está todo dicho.
• Retro Rents, Terlingua. Disfruta de algunos de los cielos más oscuros de Norteamérica y de las estrellas más brillantes desde una hoguera fuera de tu caravana vintage.
• Fredericksberg Inn & Suites. Gran hospitalidad en cómodas habitaciones situadas alrededor de jardines y una piscina.