Qué es el Begpacking; El mochilero medio no tiene un gran fajo de billetes en su cartera o en su cuenta bancaria, pero esta extraña tendencia de turismo lleva los viajes económicos a un nivel completamente nuevo. De hecho, el «begpacking» podría ser la peor tendencia de viajes que ha surgido hasta ahora.

Pero, ¿qué es el «begpacking» y por qué existe? Sigue leyendo nuestro artículo de Cursos de Turismo Online para averiguarlo.

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La palabra «begpacking» es una combinación de mendicidad (begging) y mochilero (backpacking). Es un fenómeno relativamente nuevo, pero no necesita mucha explicación: básicamente, un begpacker es un mochilero que pide limosna. Sí, has oído bien, mientras que la mayoría de nosotros pasamos meses trabajando duro y ahorrando para nuestros viajes al extranjero, los begpackers simplemente piden a los transeúntes en la calle que financien sus aventuras, así consiguen viajar mendigando.

Por lo general, los «mendigos» viajan a un país menos desarrollado con escasos o nulos medios de subsistencia y pasan parte de su tiempo en el extranjero mendigando a los lugareños y a otros viajeros para financiar su viaje.

Aunque el término «begpacking» puede parecer un término inventado, en realidad está definido en el diccionario inglés y en 2017 el Urban Dictionary definió el término como «mochileros que piden limosna para financiar su viaje».

El begpacking es un ejemplo de turismo de nicho y un subconjunto del mochilero. Por suerte, todavía no es demasiado común encontrarse con mochileros que piden limosna, pero ¿quién sabe cuándo empezará a ponerse de moda?

Aunque el término «begpacking» es relativamente nuevo, la idea de los mochileros occidentales que mendigan la financiación de sus viajes no lo es. Este tipo de tendencia viajera ha llegado a los países mucho antes de su escrutinio en Internet.

Se podría argumentar que el autostop fue una forma temprana de begpacking. Esto ha ocurrido durante años en muchos países del mundo y ciertamente no es nada nuevo.

En la sociedad moderna, los mochileros demuestran la realidad de poder viajar por el mundo con el menor dinero posible. La idea de poder viajar mendigando por el mundo sin gastar cantidades masivas de dinero es cada vez más deseable entre los individuos, sobre todo en los millennials y centennials… pero ¿ha llevado el begpacking un paso demasiado lejos?

Ya sabemos qué es el begpacking, pero ¿cómo hacerlo? Hay tres métodos principales de mendigar que utilizan los turistas.

El primero es el método tradicional de mendicidad. Normalmente, un «mendigo» ruega a los lugareños que financien su viaje sentándose delante de un cartel escrito a mano en el que explica su deseo de viajar y la ayuda que necesita para financiarlo.

Otros optan por mendigar con música. Es habitual ver a los viajeros tocando en las calles. Si se viaja con un instrumento o se puede conseguir uno, se puede tocar en las calles locales donde es legal hacerlo.

Y luego está la venta. Hay formas alternativas de mendigar y una de ellas es la venta de bienes o servicios en la calle. Muchos turistas optan por vender obras de arte hechas a mano, joyas u otros artículos artesanales, por ejemplo.

Para ganar dinero, la gran mayoría de los begpackers se encuentran en zonas urbanas muy concurridas, donde hay más posibilidades de que pase gente.

Es importante tener en cuenta que la mendicidad, y por tanto el begpacking, no es legal en todos los países. Por ejemplo, Vietnam ha implantado una prohibición nacional de la mendicidad callejera. Y en la mayoría de los países del Sudeste Asiático no se puede ganar dinero con un visado de turista y, en consecuencia, mendigar es ilegal.

Y en los países donde la mendicidad sigue siendo habitual, se han aplicado medidas más estrictas para evitar los casos de begpacking. Por ejemplo, Tailandia ha obligado a los visitantes a demostrar que tienen al menos 525 dólares (en efectivo) antes de permitirles la entrada en el país (aunque el grado de rigor con el que se aplica es otro debate).

En el pasado, los begpackers eran una cosa rara, pero en la sociedad moderna este tipo de viaje se ha convertido en algo común, sobre todo en el sudeste asiático. El aumento de la discusión contemporánea hace que circulen historias dirigidas en gran medida a los begpackers en Tailandia, Malasia y Singapur.

Hace un par de años, dos viajeros occidentales causaron furor tras mendigar a los lugareños para que les ayudaran a seguir financiando su viaje. Estos viajeros se sentaron junto a su cartel escrito a mano que decía «Me llamo Alex. Estoy viajando por Asia durante 15 meses. Lamentablemente, me he quedado sin mis ahorros, pero sigo siendo positivo».

Una vez explicado qué es el begpacking, hablemos de la ética de este tipo de turismo.

La realidad es que la mayoría de los begpackers proceden de entornos de clase media y occidentales, y no son el tipo de personas que uno espera ver mendigando en las calles. Entonces, ¿por qué eligen ser mendigos? Supongo que creen que es la única manera de prolongar sus viajes, pero ¿es correcto? ¿Es ético mendigar?

El begpacking suele darse en países no muy desarrollados, donde hay personas que recurren a la mendicidad porque no tienen otra forma de alimentar a sus hijos o de pagar sus facturas, no para poder ir a la fiesta de la luna llena a final de mes.

Muchos dirán que el begpacking es en realidad una representación inducida o inauténtica de la pobreza y que el begpacker puede salir de esa situación en cualquier momento, volviendo a su país de origen y consiguiendo un trabajo o solicitando prestaciones sociales. Por el contrario, estas personas están rodeadas de pobreza real, aunque no se presente en la calle.

Además, la venta de obras de arte, joyas y otros artículos artesanales suele restarle ingresos a la población local, que probablemente necesita más el dinero que un mochilero. Por supuesto, no sabemos las razones por las que todos estos mochileros se dedican a la mendicidad, y podría haber una razón legítima, pero desde nuestro punto de vista, no parece en absoluto una forma de turismo sostenible o ético. De hecho, es todo lo contrario.

La realidad es que para muchos begpackers, viajar es un lujo, no una necesidad, y se ponen en la situación en la que están por decisión propia. Francamente, en la mayoría de los casos se trata de una manera egoísta e irresponsable de viajar, que debe terminar. Afortunadamente, ahora hay muchas oportunidades alternativas para los viajeros con poco dinero, como el WWOOFING o el turismo de voluntariado, y esperamos sinceramente que en el futuro estos sean los métodos de viaje elegidos por las personas que, de otro modo, podrían considerar el begpacking.

Vídeo: 24 Meses de Viaje Dando la Vuelta al Mundo de Mochilero Haciendo Autostop | Qué es el Begpacking